Los propietarios han querido reestructurar y adaptar esta casa a su estilo de vida, en conformidad con sus gustos y, sobre todo, pensando en los más pequeños. El punto principal de la casa era su luz y el volumen de doble altura en la sala de estar, hasta ahora inutilizado. Por consecuencia, una red de entrepisos ha tomado vida en este espacio, permitiéndole pasar a la luz exterior
Una red para saltar el fulcro de la casa. Luz, espacio y juego como palabras clave del proyecto
Todo el proyecto gira en torno al doble volumen en el que una red de entrepisos se convierte en el espacio añadido. Así, el Arquitecto Martín Alonso consigue ampliar la superficie de la casa sin quitar luz, utilizando un diseño lúdico y optimizando los espacios de almacenamiento
El piso blanco en la planta baja pone en evidencia todos los elementos de mobiliario integrados, mayormente de roble con algún detalle negro. El objetivo era el de reorganizar estos espacios de habitación desarrollados en dos pisos, con el fin de crear una coherencia general en el proyecto y, al mismo tiempo, crear áreas distintas dedicadas a un uso específico
El área central conecta ambos niveles como una espina dorsal. Se trata de un enorme volumen en madera esculpida, en la que se articulan diversas funciones y usos: las escaleras que conducen a los demás pisos, la puerta que oculta los servicios, el bar, la biblioteca, el depósito para los discos de vinilo y la unidad de televisión. Todo se materializa con juegos de llenos y vacíos
En paralelo, un mueble que en la entrada de la casa nos invita a sentarnos y quitarnos los zapatos antes de entrar. Éste llega hasta la pared de la sala de estar, frente al bloque central y esconde numerosos contenedores Hi-Fi
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